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La NASA está monitoreando una anomalía en el campo magnético de la Tierra que podría provocar grandes dolores de cabeza si llegara a interferir el funcionamiento de los satélites.
El campo magnético de la Tierra actúa como escudo protector alrededor del planeta, repeliendo y atrapando las partículas provenientes del Sol. Pero sobre Sudamérica y el Océano Atlántico hay un punto débil en dicho campo, llamado Anomalía del Atlántico Sur, que permite que las partículas lleguen más cerca de lo normal.
La radiación de partículas solares en dicha región puede dejar fuera de funcionamiento los equipos a bordo de los satélites e interferir en su recopilación de datos.