Una nueva jornada de bombardeos israelíes sobre Gaza han provocado la muerte de unas cuarenta personas este domingo, elevando la cifra desde el inicio de la escalada de tensión a 188 en la franja palestina, con otra decena de fallecidos en Israel por los cohetes de Hamas. Hoy se ha dado el ataque individual más sangriento desde que estalló el choque.
A pesar de los movimientos diplomáticos para restablecer la calma, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha comunicado este mediodía en un discurso televisado que la «campaña contra las organizaciones terroristas continúa con toda su fuerza y se prolongará tanto como sea necesario». «Actuaremos para devolverles la calma y la tranquilidad a ustedes, los ciudadanos de Israel. Pero llevará su tiempo», apostilló.
Tras casi una semana de enfrentamientos, este sábado la aviación israelí derribó con misiles un edificio de catorce plantas, entre los más altos de Gaza. Un bloque que albergaba las oficinas de la televisión qatarí Al Yazira, de la agencia de noticias de EE.UU., Associated Press (AP) y de otros medios internacionales. Pero la mayor parte de sus plantas estaban ocupadas por viviendas, con cientos de vecinos.
Israel intensifica su ofensiva y pulveriza un edificio en Gaza de la prensa internacional Video
El ejército israelí avisó por teléfono al propietario del inmueble de que iban a derribarlo con misiles, con una hora de antelación, por lo que dio tiempo a desalojarlo. De modo que el canal Al Yazira retransmitió en directo la destrucción de su propia sede, en directo, desde una cierta distancia.
La justificación dada por Tel-Aviv es que el movimiento Hamas -cuyo brazo político gobierna el enclave y cuyo brazo militar lanza misiles contra Israel- contaba allí con «instalaciones de inteligencia» que, según el propio Netanyahu, estaban siendo utilizadas por varias organizaciones terroristas.
Se trata de la quinta torre de altura similar reducida a escombros desde el martes por cohetes israelíes. Los objetives anteriores también albergaban a medios de comunicación, como la española agencia EFE, el canal Al-Araby, la agencia fotográfica APA, así como otras televisiones, periódicos y medios digitales, en algunos casos afiliado a Hamas.
El canal Al Yazira -testigo incómodo de los bombardeos, que hoy segaron la vida de ocho niños y dos mujeres de una misma familia en un campo de refugiados de la ciudad de Gaza- advierte que no les van a callar. AP, en cambio, ha informado de la destrucción de su propia sede con el distanciamiento propio de una agencia. Todos los periodistas que siguen jugándose la vida informando al mundo desde la Franja son gazatíes, ya que Israel ha vetado la entrada de periodistas extranjeros en Gaza, así como de trabajadores humanitarios.
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