Nadie puede resistirse al guacamole. La pasta cremosa de oro verde triunfa allá donde va y no hay frontera que se resista a un totopo bañado en puro sabor mexicano.
El éxito de la salsa dipera se debe a múltiples factores. Primero, permite pecar sin culpa, porque su consumo reporta numerosos beneficios a la salud. Segundo, es un platillo apto para distintos tipos de dieta: cautiva a veganos, vegetarianos, celiacos, amantes de la carne, pescovegetarianos, etc. Además, la rápida elaboración de la receta y la capacidad de adaptarla a todos los gustos -más picante, menos picante, con cebolla, sin cebolla-, la convierten en una apuesta segura.
En pocos años, el platillo ha desatado un boom internacional. Y aunque a lo largo y ancho del planeta han aumentado las hectáreas dedicadas al cultivo del aguacate, el mundo es consciente de que este fruto y todos sus derivados son patrimonio mexicano, y así lo reflejan las cifras. Durante la temporada 2021, el país exportó más de un millón de toneladas a 34 países distintos, entre ellos, EEUU, Canadá, Japón, Francia, El Salvador, España, Honduras, Holanda o China.
Sin embargo, detrás de este negocio millonario se esconde una problemática que genera cada vez más preocupación e incluso, ha llevado a algunos restaurantes a sustituir este alimento por otras opciones más sustentables. Así lo explica The Guardian en una nota que ha provocado muchas asperezas en los últimos días.
El diario británico recuerda que la producción de aguacate “deja una huella de carbono enorme” y que cada pieza “requiere 320 litros de agua para crecer”. Esto, sostiene la publicación, ha llevado a algunos establecimientos a modificar las opciones de su menú, como por ejemplo, a la cadena mexicana Wahaca, que opera en Reino Unido.
“La demanda global [de aguacate] es tan grande que se está volviendo inaccesible para las personas indígenas que viven en las áreas donde se cultiva”, dijo la cofundadora de Wahaca, Thomasina Miers, en entrevista con The Guardian.
Es cierto que los pedidos globales han llevado al precio del aguacate a niveles escalofriantes. En agosto, el kilo llegó a venderse en los supermercados de España a 306 pesos mexicanos (€ 13). Se trata de un artículo de lujo que se produce a gran escala, como si fuera un alimento básico.
El encarecimiento del oro verde y el impacto ambiental “devastador” de su producción llevó a la cadena de restaurantes Wahaca a crear una alternativa inspirada en la salsa mexicana. Esta nueva receta, a la que denominaron Wahamole, lleva habas, chile verde, lima y cilantro. Nada de aguacate.
Para Tim Lang, profesor de política alimentaria en City, Universidad de Londres, la decisión del establecimiento evidencia que “partes de la industria alimentaria están comenzando a darse cuenta de los grandes problemas que enfrentamos como resultado de la agricultura intensiva”, según explicó a The Guardian. Y es que la producción de este fruto es altamente contaminante, y su alta demanda ha arrastrado graves consecuencias, como la deforestación, la pérdida de biodiversidad y la escasez de agua.
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